10 de enero de 2016

Más.

¿Y ya está bien no?
Ya vale joder, ya vale de guerras, 
De traicionarnos, de dar tanta pena.
Porque damos pena, vergüenza ajena. Porque estamos redifiniendo humanidad con sangre y tiñiendo, 
manchando plumas de rojo, fingiendo 
que tenemos ojos,
no sé si olvidando que hay otros.
Si, tendrás las zapatillas más bonitas, 
que si ya las imitas, 
no valen, así que no te limitas,
gastas el dinero que partió la espalda a tu padre, 
los ahorros para un capricho de tu madre
y aún así no es suficiente. 
Más, solo quieres más. 
Él ayer olvidó el nombre de quien le dio la vida, 
la guerra recuerda, lo demás olvida. 
Era pequeño, "y si, con algo mejor sueño" dijo, a su hijo, cuando la agarraron, cuando le arrancaron los diminutos dedos de su camisa, cuando con tanta prisa ni recordó cuál era su risa. 
Y en un mundo paralelo alguien sonríe, extraño a un mundo lejano de las paredes de su cuarto.
No puedo con esta injusticia, de verdad que no la aguanto. 
Peor es añadir peso a la balanza, desequilibrar esta alianza del ser humano consigo mismo. 
Peor es ver sufrir y olvidarme. 
Peor es decir y pararme. 
Peor es escribir y quedarme. 
Quedarme en mi escritorio, en mi casa, cuando fuera llueve pero nada pasa. Nada ocurre. Nadie se mueve. 
Abren los paraguas y la molestia ahora es leve. Y todavía se mojarán los calcetines y se quejarán, dirán que probablemente se resfriarán. 
Ella corre para perder, él busca para encontrar, para beber. Querer es poder, pero no siempre ha servido para él. 
No tiene nada pero por ella lo daría todo. 
Obtuvo el mundo pero no supo compartirlo, le puso un precio e hizo que todo quedara fuera de las cámaras, de los ojos, de sus caras.
Hicieron reunión y de tripas corazón.

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