22 de abril de 2013

Sin título aparente.

No se que hacer con mi vida. Me siento un despojo humano, una mierda enorme. No se hacer nada a derechas, por favor, que alguien venga a mi y escuche mis sollozos. Tengo tantas cosas dentro reprimidas. Odio, envidia, protestas, asco, traición. ¿Nunca has sentido la necesidad de querer volver hacia atrás y dejar toda la mierda de lado? Todo me afecta, todo lo que me dices me afecta. Y tus palabras se pasean por mi cabeza día y noche, sin dejarme a penas vivir. Se de sobra que todo es verdad, pero de verdad que yo lo intento. Justo parece que el universo se ha puesto en mi contra en el momento en el que mejor me sentía, o quizás en el que menos mal estaba, porque en realidad nunca me he sentido bien. Ya ni se de dónde saco las lágrimas, porque estoy seca. Seca de palabras, seca de saliva, seca de llantos. Estoy totalmente destrozada y consumida, soy un asco de persona, en todos los aspectos habidos y por haber. Me doy tanto asco a mi misma que he llegado hasta el punto de caerme mal, muy muy mal. Se podría decir que ahora mismo soy mi peor enemiga. No puedo, me estoy hundiendo y sólo quiero que la tierra me trague y desaparecer un tiempo, seguramente le haría un gran favor a muchos. No es cuestión de físico, eso es algo efímero. El problema soy "yo".

13 de abril de 2013

Hablemos de una vez.


Quiero caerte bien, porque no es bueno tenerte como enemiga y parece que ahora eres de la que más hablan. Pero a pesar de eso, no puedo dejar de creer que eres mala, me hundiste en mis peores momentos y me juzgaste en los mejores. Me hablaron de la autoestima y me dijeron que ella podría ser mi antídoto contra tu veneno, pero para mis oídos eso parece una especie en peligro de extinción. Durante esos pocos meses que creí que éramos amigas, me demostraste que yo siempre he estado más fuera que dentro. Estoy cansada de tus continuos exámenes, no te queda bien eso de enseñar. Y no me hables más de mí, me conozco mejor que tú y estas cosas ya me las sé. Que sonría no quiere decir que no llore, y que me calle no quiere decir que no grite.
Apestas, querida Sociedad.

El tiempo es el mayor asesino que conozco.


No le importaba el mal tiempo, lo único que llamaba su atención era aquella superficie de piedra y el epitafio que había escrito en ella. ¿Por qué se lo tenía que haber llevado a él primero? La vida era una especie de juego de mesa del que ella formaba parte y alguien ajeno jugaba en su lugar. Ya pocas cosas le servían, ni las flores que sujetaba, que pronto se marchitarían, ni el paraguas que la resguardaba, porque la lluvia se acabaría, como todo. Las fotos se hicieron viejas, los recuerdos están llenos de polvo y la imagen que refleja el espejo es el fantasma de lo que fue hace tiempo. Se rió al recordar que alguna vez pensó que eran eternos, infinitos.
Ahora solamente le quedaba esperar, esperar para volver a verlo de nuevo en un lugar sin tiempo que mate poco a poco y enfermedades cómplices del crimen que éste cometía.

Eres mi déjà vu y yo sólo más experiencia.

Todo tardó tanto en cicatrizar que parecía que ya estaba totalmente curada, pero por lo que veo, lo haces imposible. Me cerré en mi propia burbuja, poco a poco iba avanzando, hasta que llegaste tú y pinchaste mis ideas. Hace tiempo, alguien me dijo que tuviera cuidado con eso del amor, le hice tanto caso que ahora que has acabado con mis precauciones me he quedado en blanco. Y me da la sensación de que todo lo que creía saber no son más que absurdas mentiras que mi cabeza se ha inventado para evitar llegar a situaciones como esta, y que ahora gracias a ti estoy aprendiendo a golpes y rodillas rasgadas.
Diles que yo estaba feliz, y que ahora mi corazón está roto y todas mis heridas abiertas.
Diles todas las sonrisas que malgasté por gente que no se merecía ni las lágrimas que derramé después.
Cuentales mi dilema, que salí del agujero para meterme en la cueva.
Esta escena ya la he vivido, me suena, pero ahora que la veo con nuevos ojos estoy totalmente aterrada, porque fallé muchas veces y no sé que hacer para conseguirlo de una vez. Resulta imposible.