28 de diciembre de 2016

Fyrsta.

en frío hielo cubierta,
dura y frágil, 
experta. 
Se hiela, pero nos mira.

Qué canción más bonita
baila el mar.
Imita,
se para, pero sí respira. 

Cómo quema cuando quieres,
arde e ilumina,
Pierdes,
se derrite, pero no expira. 

Qué corazón tan grande
echa un pulso.
Antes,                                 Ahora, 
se ahogaba.                       suspira.






20 de diciembre de 2016

Diecinueve odas, diecinueve años.

Debido a la gran cantidad de negatividad y mierda a la que me veo expuesta a diario, he decidido que las 22:57 de la noche es una buena hora para hacer una pequeña reflexión y buscar todos esos pequeños rayos de sol que parecen esconderse estos días. Así que esto es una

oda a la tecla de espacio de mi ordenador, la cual produce un sonido bastante curioso.
oda por los kilos de más que he ganado comiendo turrón.
oda a los niños vestidos de pastorcillos y ovejas en Navidad.
oda por ser medio lingüista y saber que el género no marcado en español es el masculino y que por lo tanto, se utiliza para formar el plural.
oda a la "tolerancia".
oda por mi indiferencia, mi burbuja.

oda a mi madre, porque con ella empezó todo.
oda a mi padre, gran filósofo casero, mejor lector y crítico.
oda a mi hermana, por hacerse mayor tan rápido.
oda a escribir esto con un gato encima.
oda a mi novio, porque es un gran partido.
oda por quien me conoce, menudo mérito.

oda al sol, por salir todas las mañanas sin importar lo cansado que esté.
oda por estar viva.
oda por una buena vida, ya que —por desgracia—  no se te garantiza al "estar viva".
oda al invierno, la primavera, el verano y el otoño.
oda por la lluvia poniéndome a prueba en todo momento.
oda por poder comer lo que queramos.

Oda a mí, a quien soy y lo que llegaré a ser. Porque de estas diecinueve, es la que más me ha costado entender.  


10 de diciembre de 2016

Si eres tan difícil olvídate de mí.

Llévame muy lejos de aquí por favor.
Estoy segura de que las hojas seguirán cayendo después de que me vaya, y no pasará nada. Quiero buscar otros soles, otra lluvia. Quizás más cálidos, quizás más limpia. Quizás brillan más si salgo ya. Si corro más rápido, si dejo esto de una vez, quizás me moje menos.
Si no me llevas lejos de aquí, seré yo la que se irá.
Y no pienso avisar. Y es que no quiero preocupaciones, solo que mis manos dejen de estar tan frías. Quiero que todos me olviden como es debido. Quiero olvidar, dejar atrás. Todo esto me supera, y parece que soy la única que no puede cargar con tanto peso.
¿Entonces, a dónde me llevas?
A otro sitio. Cualquier lugar que me haga sentir en casa, donde deje de importar todo eso que tanto nos importa. Lejos, muy lejos de aquí por favor. Me da igual el idioma, el dialecto o la lengua, pero que el número de kilómetros que tengamos que recorrer sea directamente proporcional al de mis ganas.
¿Nos vamos? Sácame de aquí.
No me llevaré el móvil. No habrá más emergencias puesto que esta es la última. El único gasto que haremos será en gasolina, porque no necesito nada más. Nada más que respirar, sentir el oxígeno acariciar mi tráquea y echar todo lo que me mata.