26 de marzo de 2014

—Dí algo, me estoy dando por vencida.

    Silencio, me hago pequeña a cada segundo que paso dudando si algún día responderás. Te miro, me miras, nos estamos mirando pero ya no significa lo mismo. Me tragaría mi orgullo, te quiero, pero aún así me marcharía. Me iría de aquí si no me pidieras que me quedara, porque siento que ya no me necesitas. Por favor dí algo, no te quedes callado. Realmente no me importa que palabras saldrán de tu boca con tal de sentir que me escuchas. Te seguiría a cualquier lado, pero sé que tú por mi ya no darías ni un paso. ¿Entonces estuvo todo en mi cabeza, no fue nada?
    Te acercas y mi corazón explota, porque sé que en este momento piensas en mí, para bien o para mal. Sigo viendo algo en tu pupila que no he conseguido ver en nadie más, y sé que pasaré noches en vela tratando de borrarla de mi mente si no me dices nada. Contesta. Haz algo más que pestañear. Haz algo más que acercar tu mano a la mía y cogerla, no pienses que basta con dibujar círculos en ella. Hazlo ya, porque si no me iré, y por mucho que me cueste, no volveré. Por favor, quiero saber si todo esto merece la pena.
    Me rodeas con el otro brazo y me aprietas contra tu pecho. De repente mi hombro está húmedo y el tuyo lleno de lágrimas. ¿Quién diría que alguna vez fuimos tan distintos? Sé que quizás no tendríamos que haber llegado hasta aquí, lo siento. Sé que no dirás nada, y que el silencio me hará sentirme más pequeña todavía. De todos modos, ya nada de lo que digas va a servir, porque noto como tu corazón trata de cazar mis latidos y es lo único que me importa.

24 de marzo de 2014


No sé como se supone que debo de actuar cuando me da igual, pero estoy aquí una vez más. No sé por qué me da por hundirme de nuevo cuando se supone que todo estaba bien, ni sé qué hago escuchando la misma lista de reproducción titulada con tu nombre. Desde que dejé de ser esa estúpida no hago más que preguntarme quién soy, luego llego a la conclusión de que sigo siendo esa estúpida. Subo, entonces bajo una vez más. No puedo evitar recaer cada dos por tres, cada domingo, esta vez lunes, con la misma rutina encima de mí. Me ahogo, otra vez. ¡Otra vez, imbécil! 
Pero no, ya paro, no puede afectarme tanto. No me merezco que me afecte tanto cuando me siento tan insignificante. Cuando algo afecta a algo es porque ese algo es importante, y yo no valgo una mierda. A veces ni el aire que respiro.

Ya paro, esta vez va de verdad...
Gilipollas, ojalá no volvamos a vernos. 
En realidad, ojalá volvamos a vernos y no seas tú con quien vaya de la mano.
Bueno, ya quisiera yo que eso pasara ¿no?
Es que no me queda más remedio que sentirme impotente, y no parar de pensar si alguna vez me llegará a mí. Si alguna vez seré feliz de verdad. Alguna vez, quizás alguna.
Pero no, ya paro, no quiero más 
"otra vez". De verdad que ya paro.



21 de marzo de 2014

365 días, 4 estaciones al año.

Desde aquí las vistas son preciosas, y no tengo nada que envidiar a todos aquellos que ven el mar nada más levantarse o a los que consiguieron vernos a todos desde arriba al subir al Everest. Yo tengo el invierno, la nieve, el hielo, todo frente a mí. Amplios ventanales y ese brillo en la esquina superior derecha que ilumina mi oscuridad. Puede que a veces cierre los ojos y sienta que lo pierdo, pero cuando los vuelvo abrir siguen ahí. Cuento cada estrella para dormirme, pierdo la cuenta a posta y vuelvo a empezar, porque no quiero que los sueños rompan esta realidad. Yo tengo el invierno, pero a veces es como si el viento se convirtiera en brisa y las tormentas en calma. Así, de algún modo tengo el verano, porque siento el mar, siento como susurra que me quede un poco más, y siento como consigue que me hunda por completo en sus olas, en sus idas y venidas. Cuando lo miro siento que no necesito más, que es todo lo que me falta y estoy completa. Y claro, tengo otoños, a veces siento que no volveré, que me caeré totalmente seca y que crujiré bajo el zapato de algún extraño. Entonces es cuando recuerdo que me queda la primavera, y me doy cuenta de que te quiero todas las estaciones del año.

14 de marzo de 2014

El puto catorce de marzo de dos mil catorce: Sinceridad.

No te voy a mentir, me ha sentado como una puta patada en el estómago. Aquí estoy yo, con el maquillaje cayendo poco a poco sobre mi almohada y tú por ahí, queriendo a otra. Y no lo veo justo, no veo justo que permitieras ponerte en mi camino, que yo me pusiera en el tuyo y que mientras otra jugara con las mismas cartas. No veo justo que me hicieras creer que de verdad importaba, o que a lo mejor debía quererme un poco a mi misma cuando le repetías lo mismo a ella. Podías habérmelo dicho, no haberme dejado creer que tenía papeletas cuando ya se había hecho el sorteo. ¿Cómo me quedo yo ahora? ¿Cómo la grandísima mierda que soy? ¿Cómo el cero a la izquierda que he sido siempre? Joder que me arden las mejillas de la impotencia, de lo inútil que me siento. Soy gilipollas, imbécil, más bien ilusa porque  pensé que tenía posibilidades. ¿A quién coño quieres engañar Elena? Qué no eres nadie, nunca te van a querer, y no sirves para nada. Que te vayas ya a algún rincón a esconderte, que lo mismo dará, ya ves. Tú paso es igual de notable que el de una hormiga, y él, él el jodido huracán que ha acabado por derrumbar lo que estaba en ruinas.

11 de marzo de 2014

Basado en hechos reales.

"–¿Dónde te metes? 
–¿A qué te refieres? 
–A que ya nunca estás donde solías estar.
–Ah ya, he dejado de ir.
–¿Por qué no me has avisado? 
–Por que quería estar sola."
  
Y una vez más huyo de las situaciones incómodas, una vez más dejo que la gente se vaya. Es más fácil escuchar música, pretender que no hay nada mal hecho ni equivocaciones. Pretender que no soy yo la que falla. Así poco a poco me he ganado lo que voy recogiendo, me merezco sentirme sola de verdad porque es lo que he estado pidiendo a gritos. Y lo único que quiero es alguien que pueda aguantar alguna de mis idas y esté para mis venidas. Quiero hablar con alguien e ir más allá de una mierda de "bien, ¿y tú?". Quiero sentir que cuando ya no me soporte a mi misma venga alguien y lo haga más llevadero. 

"–¿Has tenido un día malo o algo?
–Llevo semanas así."

De todas maneras me callo, sólo te lo cuento a ti que a saber por qué me lees. Quizás es miedo, poca confianza, inseguridad o un retraso monumental, pero lo único que puedo conseguir son malas caras, preocupación innecesaria o un "no te rayes". Y para eso, dejo que esto me pudra por dentro, porque total todos tenemos algo de mierda en el interior. 

"–¿Por qué te acuestas tan pronto? 
–Porque estoy cansada de estar despierta y de todo esto."

                       

5 de marzo de 2014

Cinco de marzo de dos mil catorce: Colapso.

Quiero pedir perdón por ser como soy. Porque que cuesta aguantarme, lo difícil que es darme la segunda, tercera o décima oportunidad. Y sobre todo lo complicado que es entenderme cuando ni yo sé elegir entre sentirme sola o ser independiente. Esas veces que me voy de este mundo, esas horas que parece que de alguna manera desaparezco, pido perdón, pero se me hace más fácil simplemente dejar que todo huya de mí. Y si decides marcharte, no te lo impido, yo lo haría si pudiera. Si cierro los ojos habrá veces que no los abra en un tiempo, hay conversaciones que prefiero que se queden entre mi piel y mi garganta. Saber lo arrepentida que estoy de correr en dirección opuesta, de ir a contracorriente, me ayudaría, me lo haría todo más fácil quizás. Nada es fácil, ya lo . De soñar se sobrevive y yo me pasó el día saliendo del paso gracias a eso. Lo siento más que nada porque no quiero parecer ausente, pero no sé otra manera de estar. No sé estar ahí, no sé amortizar ni pasarme las noches en vela. Soy totalmente inútil con todo. Y ellos se cansarán, y aquellos fruncirán el ceño cuando vean mi arte para pasar de todo. Y yo agacharé la cabeza de nuevo, y esperaré a que el suelo recoja lo poco que me queda por decir. No espero nada, sólo quiero sacármelo de la cabeza. Quiero pedir perdón por ser como soy. Porque que canso y repito lo mismo cien y mil veces hasta que siento que alguien me escucha. 
No me perdones, yo tampoco lo haría.