7 de junio de 2013

Siete de junio de dos mil trece.

        Un día de estos te despiertas de un largo sueño y descubres que nadie te recuerda. Nadie sabe que eras tú quien ocupaba ese espacio, ni tampoco que eras tú la que hacía todas esas cosas. A lo mejor ellos no lo sabían antes de que desaparecieras, o quizás fue precisamente por eso por lo que ahora no lo saben. Una de dos: o eras invisible, o se han olvidado de ti. Ahora es como si vieras el mundo desde un segundo plano, es como si estuvieras viviendo en una película y tu fueras uno de los extras. No te sorprendería que alguien viniera y te preguntara por tu nombre, porque se han olvidado de ti.
¿Lo peor? ¿Lo que más duele? Ver que te han buscado un sustituto, lo segundo peor del mundo es ser reemplazado, y lo primero es que sea por alguien mejor que tú. ¿Qué se supone que tienes que hacer al respecto? Se han olvidado de ti. Ya no eres tú quien lo consuela, ni tampoco a quien llama todas las tardes. No sabes nada de nadie, ni nadie sabe nada de ti. El dolor se va extendiendo cada vez más como si de una enfermedad contagiosa se tratase, ya nadie sabe que eras tú quien hacía todas esas cosas. Tu fuerte personalidad se ha visto derrumbada por la de alguien mejor, han encontrado a alguien con mejores sonrisas y mejores chistes. Alguien más cariñoso, más abierto, más empático, y no eres tú.
¿Sabes qué? Se han olvidado de ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario ♥