25 de septiembre de 2015

She walks in the sun cause she is cold inside.

       Mira hacia abajo, el cielo es demasiado azul para sus pupilas. Sin embargo sonríe a los extraños, los artistas de la calle, las pequeñas maravillas del pavimento, las hormigas en fila india, a aquel coche que le ha cedido el paso. Teme que se le olvide, que se le congelen las comisuras en esa constante mueca de angustia. Así que aprovecha, y sonríe.
       Nunca está en casa. Siempre la verás por los paseos, fuera, dando vueltas en círculos. Con amigos, rodeada de gente. Y da igual quién sea, dónde sea, la encontrarás allí, escuchando o haciéndose escuchar. Y nunca está sola, porque entonces se encontrará consigo misma.
      Dicen que escucha música demasiado alto, que además no hacen más que gritar. Siempre tienen que avisarla con pequeños golpes en el hombro, decir su nombre hasta que se de cuenta de que la llaman. Pero es que todo lo demás en su cabeza también la llama, de todo menos por su nombre. Y nada puede pararlo, no se callan, voces grabadas sobre sus tímpanos, distorsionando las letras de cualquier canción.
      Y nadie sabe qué es lo que pasa cuando desaparece, cuando no contesta a los mensajes, no habla, se encierra en medio de una conversación, o cuando aparece el vacío en sus iris. Nadie sabe por qué a veces parece tan distante, alejada,
no perteneciente a aquel momento, aquel lugar.
Pero es que ella tampoco.

"She walks in the sun cause she is cold inside.
She wears black to reflect all her colors.
And the sleeves of her sweatshirt cover her hands just like he used to."

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