17 de octubre de 2015

Algún día entenderé por qué nos sustituimos cuando no podemos completarnos.

Hay días en los que pienso que estoy bien, y que el tiempo ha dejado de erosionarme.
Otros recuerdo que hasta a las piedras las puede el viento. Y que eso del autoestima, solo son los padres.
Y ella es tan bonita...
Y combináis como el azul oscuro y las estrellas.
Mientras yo conjugo mis cafés con ojeras,
y noches en vela.
No puedo evitar que el verde asome por mis mejillas,
cuando eras tú el que las pintaba de rojo, 
cuando ahora es ella quien escribe sobre tus ojos.
Y qué si me siento engañada.
Toda la mierda que memorizaba,
la que soltabas por esos labios, 
para ti no es nada.
Para ti no soy nada.
Soy pasado, soy arrepentimiento. 
Otra más, colocada en las estanterías. 
Y reías,
Cuando te decía que me olvidarías.
Reías.
Mentira, joder, mentira.
No "podemos seguir hablando", 
no cruzarás océanos volando, 
no quieres seguir siendo mi amigo,
nunca te quitaste tu abrigo,
si hacía frío, si temblaba,
nada.
Para ti no soy nada.
Como los demás,
pero ella es diferente, 
como me decías siempre,
cuando te preguntaba si podía perderte,
cuando supe que dejaba de tenerte.

Sin embargo era yo el sujeto de todas tus oraciones.
¿Y quién escuchará ahora nuestras canciones?




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