7 de noviembre de 2014

The hearts wants what it wants.

¿Buenas noches? Estás a unos metros, pies quizás. Y te veo, y siento que estás todavía más lejos de lo que me gustaría, a pesar de que estoy acostumbrada. Y sonríes, pero no me ves. Estoy tan acostumbrada a evitarte, a esconderme. Solo quiero que me veas sonreír a mi también. Y todos en las gradas saben que quiero llamar tu atención menos tú.


Y de repente estás en todas partes. Apareces a mi lado y siento que me caigo, siento que cada segundo es una tortura. Sé que es mi cabeza, sé que el echo de sentarme a tu lado y accidentalmente rozar tu pierna es normal, es casualidad, aunque así es como se siente morir lentamente. Tus ojos, centímetros que quiero hacer desaparecer, y sé que es mi cabeza otra vez. Podría memorizar cada peca en tu iris, cada gesto que haces al sonreír, tus labios cortados, y como el frío te congela la nariz; podría, y hay mil razones por las que no debería. 

Alguien me odia, alguien que me obliga a acabar a tu lado, alguien que hace que nuestras manos se toquen, que tus dedos cubran los míos. Y el frío desaparece, y no lo echo de menos. Rezo por que la sangre no suba a mis mejillas, solo miro al suelo esperando que nadie se dé cuenta de lo correcto que es para mí. Porque es un error, todo esto es un error. Los latidos traspasando la barrera del sonido, los que piensan que hacemos buena pareja, el césped, los globos, el cielo, las estrellas que se esconden tras las luces del estadio. Quiero que desaparezca, quiero olvidar lo estúpida que soy, lo débil, imbécil, ilusa que me siento. Quiero dejar esto de lado, quiero no depender de ti para sonreír mañana.

But the heart wants what it wants...

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