22 de noviembre de 2015

Para cuando vuelvas del partido.

Sinceramente no sé como empezar esto, de verdad. 
Pero pienso en la manera en la que sonríes, y en la que sonrío yo, entre beso y beso, cuando se nos cuelan las palabras, y no sé, quiero llamarlo inspiración. No quiero pasarme con estas cosas, porque me gusta ir poco a poco. Y dejar que nos descubramos, y que te aprendas mis gestos tan bien como yo memorizo el número de veces que me miras. Y por favor, que no se acabe la ilusión, los nervios minutos antes de verte, las ganas de ser yo misma cuando estamos solos. Que Madrid siga siendo un desconocido, perderme de tu mano, y que seas tú el que nos encuentre, 
Eres tú la razón de los céntimos que tiro en café, los "quédate" que ni tú sabes que pronuncias, pero que yo uso como excusa para aguantarme el sueño unos minutos más. Y ya sé qué pasa cuando deja de llover. Y eres tú. 
Doy gracias a las casualidades, a querer las cosas con muchas ganas. A pasarme la vida sentada en la silla de una cafetería y a que dos extraños puedan llegar a ser nosotros. 
Ojalá tenerte más cerca. Ojalá más tartas de queso y perder últimos trenes sin preocupaciones. 
Ojalá más tú, durante un tiempo.

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