Era la primera vez en mucho tiempo que nos veíamos. Tu pelo más largo, casi rozando tus hombros, algo de barba en tu mandíbula. Se me había olvidado el color de tus ojos, la piel de gallina al ver aparecer tus hoyuelos. Sentí que el tiempo se paraba, mientras yo poco a poco me congelaba. Parece un sueño. Y parece que flotas cuando te acercas a mí. Y mi cabeza saldrá volando como te acerques un poco más. Sonríes una vez más cuando ves que tengo mis ojos sobre ti, pero aparto la vista y miro hacia el suelo, cuando noto como mis mejillas están rojas. Música al salir mi nombre de tus labios, mis latidos se aceleran.
Nos miramos, yo te observo, tú me devoras, me dejas vacía. Apartas el pelo de mi cara, pero dejas la mano sobre mi mejilla, acaricias mi oreja. No te creo. Quiero creerte pero no te creo. Hay algo en tu bolsillo, ahora está frente a mi. Una carta. Mi letra. Dices que la tienes memorizada, cada coma. Y que también me recuerdas cuando la lees, cada peca. Los centímetros desaparecen poco a poco. Tu ojos son marrones, ahora están cerrados. Los míos abiertos, quiero recordarte así, vulnerable, conmigo, feliz.
Parece realidad cuando la alarma suena. Parece realidad cuando recuerdo que ya no estás aquí.
Preciosísimo.
ResponderEliminarMuy bonito, hija. Eres capaz de escribirlo en inglés ?
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