el silencio se lleva
un cuarto sin amplia cama
el puntero que suena
y un alma que vuela fuera
este silencio no eres tú
son las puertas gritándonos
la ducha rota, el pladur
son las motas de polvo gris.
un silencio encendido,
escondido en las teclas
de nuestro cuerpo tendido
apoyado en este sitio.
llena el silencio con ruidos
pero la música viene
a completar los supiros
que adoran tus oídos.
merci, merci, merci
Bravo Hélène! Qué hermoso poema, suave, íntimo, melancólico. Y un ritmo logrado, lento y cadencioso. Me gusta mucho también el título: un término actual (play) en una estructura clásica. La reiteración del "silencio" muy bien llevada. El final, con la irrupción de la música como redentora, estupendo. Romanticismo del S. XXI logrado. Felicidades.
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