¿Azul oscuro o negro? Flotaba
sobre una superficie irregular, para ella inefable, una línea oscura al fondo,
dibujada por las propias olas. Tumbada mecida por las idas y venidas de alguien
más grande que ella. Helada de frío, pero con los pelos de punta por las
vistas. Los ojos bien abiertos, a pesar de la sal, a pesar del escozor en cada
pestaña. Las piernas hormigueantes, el cuerpo casi muerto, a merced de "lo
que ocurra". Aún podía contar, contaba los segundos por miedo a no llegar
a los minutos. "¿Nadar o
hundirme?" En algún lugar alguien la había olvidado. Su cuerpo
simulaba una estrella de mar, pero ojalá pudiera recomponerse después de haber
llegado a estar tan rota. ¿Nadar o
hundirse? Podría simplemente quedarse ahí para siempre, ¿nadar o
hundirse?
Y
elevó sus brazos, y tocó la Luna.
Siempre
hay esperanza.